domingo, 7 de marzo de 2010

Donatello

Pequeña biografía:





Donato di Betto Bardi; Florencia, 1386-id., 1466) Escultor italiano. Junto con Alberti, Brunelleschi y Masaccio, fue uno de los creadores del estilo renacentista y uno de los artistas más grandes del Renacimiento. Su formación junto a Ghiberti le dejó un importante legado técnico pero casi ningún vestigio estilístico, ya que desde sus comienzos desarrolló un estilo propio basado en la fuerza emocional, y en un singular sentido del movimiento.



Su revolucionaria concepción de la escultura resulta evidente ya en las grandes estatuas para nichos destinadas a Orsanmichele y la catedral de Florencia. La gravedad y el realismo de estas monumentales figuras de mármol contrastan vivamente con la gracia y el decorativismo del gótico internacional, el estilo vigente en Europa hasta entonces. Donatello comenzó esta serie en 1411 con el San Marcos y la concluyó en 1436 con el llamado Zuccone. A esta serie pertenece también el San Jorge, su primera obra famosa, de la que Vasari afirmó: «Posee el maravilloso don de moverse dentro de la piedra».


Tras asociarse con su aprendiz Michelozzo, Donatello emprendió a partir de 1427 la realización en Pisa de la tumba del cardenal Brancacci, en la que esculpió en relieve el tema de la Asunción de la Virgen. Poco después, la tumba de Baldasare Coscia para el baptisterio de Florencia permitió al artista dar sus primeros pasos en el difícil arte de la fundición en bronce.


El viaje a Roma que realizó el escultor hacia 1430-1432 condicionó de manera decisiva toda su producción posterior, ya que le brindó la oportunidad de conocer en directo el arte de la Antigüedad. A su regreso a Florencia comenzó la famosa Cantoría para la catedral, en la que recreó libremente algunos de los motivos clásicos admirados en Roma. Poco posterior es su escultura exenta más famosa, el David en bronce, comparable en ciertos aspectos al San Jorge de su etapa anterior.


En 1443, el artista se estableció en Padua, seguramente después de haber recibido el encargo de esculpir la estatua ecuestre del Gattamelata, la primera de tamaño natural desde la Antigüedad. Realizada al estilo del Marco Aurelio romano, posee la fuerza expresiva característica de sus estatuas anteriores, una fuerza que se transmite también al caballo, representado con brío y vitalidad.

En la misma ciudad obró el retablo mayor del santuario de San Antonio, en el cual combinó siete estatuas y cuatro relieves, en una disposición que fue modificada en el siglo XVI. En estos relieves, que representan los milagros de San Antonio, son por igual magistrales el sentido dramático y la organización del espacio. Donatello volvió en 1454 a Florencia, donde esculpió sus obras de mayor fuerza emocional en las que trabajó las posibilidades expresivas de la deformación. A este período corresponden Judit y Holofernes y la sublime María Magdalena, en madera. Aunque no tuvo un heredero directo, Donatello influyó de forma decisiva en la escultura florentina hasta comienzos del siglo XVI.





Comentario de su obra:



Donatello era conocido desde los primeros teóricos como uno de los padres del «renacimiento» de las artes del siglo XV, el primero que fue capaz de igualar los grandes escultores de la antigüedad, en la ciudad de Florencia. Ya en 1481 Cristoforo Landino en la Apologia coloca a Donatello a la altura de los antiguos y Giorgio Vasari, en las dos ediciones de Le Vite (1550 y 1568), insistió en que su trabajo era más similar a los artistas romanos que a cualquier otro maestro inmediatamente precedente.


Donatello desarrolló innovaciones que revolucionaron la técnica del relieve. Se trata del relieve en stiacciato, que se basa en el aplanado y el espesor en una variación infinitesimal, que recuerda la obra gráfica. A través de sutiles juegos de luz y sombra las figuras podían estar organizadas en una ilusión de profundidad, donde los grupos de figuras, el paisaje y los elementos arquitectónicos se superponen una detrás de otra en innumerables superposiciones, imposible con las técnicas tradicionales.Vasari, por consiguiente, no duda en afirmar que Donatello elevó el arte del relieve a un nuevo nivel y esta opinión en los historiadores del arte moderno sigue siendo válida.


En su vida artística es evidente la continua profundización y desarrollo del repertorio, con un importante estudio preliminar de cada uno de los nuevos tipos de trabajo y la evaluación de las necesidades específicas y efectos deseados.


Pero no han faltado voces críticas por su trabajo, como la de su amigo Filippo Brunelleschi. Las obras del periodo tardío, con un estilo crudo y expresivo, fueron criticadas en el siglo XVI, para irse revalorizando sólo gradualmente en el siglo XX.


Baccio Bandinelli en el siglo XVI, consideró de «errores» de la vejez y la creciente ceguera del maestro, considerando los dos púlpitos de la basílica de San Lorenzo, como lo peor de la mano de todas las obras de Donatello. Sólo en los últimos siglos, a partir del manierismo, gradualmente se ha ido valorando la opinión crítica sobre estas dos obras. Hoy en día, la evaluación es netamente benévola, sobre todo en la intensidad expresiva del lenguaje de Donatello, con una iconografía de reinvención libre y original de los temas bíblicos.



Pero Vasari escribió en la biografía de Donatello y su catálogo de obras incluidas, con una serie de errores. Al juicio inexacto, contribuyó el desmantelamiento o la descontextualización de los lugares originales de las obras. Esto provocó el aumento de dificultad en la obtención de una visión de conjunto de su obra. En 1886 por ejemplo, durante las celebraciones en Florencia para cinquentenario desde su nacimiento, las obras y los documentos fueron confundidos con los de otros autores.


Desde entonces, la historiografía artística ha comenzado a trabajar en la selección y revisión del catálogo de obras atribuidas para despejar los antiguos errores. Incluso hoy, los estudios se pueden decir que que están lejos de ser concluidos, en especial durante amplios períodos, donde la documentación conocida es escasa.



La fama de Donatello fue muy grande durante el alto renacimiento, influyó en grandes autores como Andrea del Verrocchio, Rafael Sanzio, Miguel Ángel y Benvenuto Cellini entre otros.

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